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Mostrando entradas de octubre, 2009

Domingo de resurrección

Después del sábado de preocupación, decidimos que entre todos sacaríamos adelante "Prólogo". De pronto, queríamos formar parte de aquel negocio que nació por rebeldía y que ahora existía por necesidad. Lupe, f ashion victim en quiebra constante, participaría aportando la publicidad suficiente durante los tiempos de crisis. Inés, que merece una entrada en este blog dedicada para ella sola, llevaría el papeleo que hasta el momento era cosa de una empresa enorme al nivel de los Vázquez (Alex y sus motes). Mónica nos arroparía con su buen humor y alegría, pues su cartera, aunque es lo último de Guess, no da para más. Por mi parte, me comprometí a invertir lo que saco de mis anónimas colaboraciones como "ensayo de redactora" (nombre con el que me bautiza Alex cuando quiere quedarse conmigo) pero columnista al fin y al cabo, en aquel bar con libros, como lo definió mi padre en su última visita. Mi amigo se la había jugado muchas veces por mí, entre ellas cuando quise da

Amor inmenso

Ayer me llamó Marta, mi hermana, la de París. Ya os hablé de ella. Está desesperada. Anda arrastrándose de su casa al trabajo y del trabajo a casa, con sueño y cabreada. Ya no puede más, la situación la supera: su hijo no la deja descansar. Necesita estar con ella a todas horas, precisa su constante atención y no la deja ni a sol ni a sombra. Reconoce que tuvo suerte, que hasta entonces nunca le había dado demasiados problemas, pero ahora cuando se acerca la noche, empieza a temerse lo peor: negativas del pequeño para irse a descansar, las posteriores rabietas y los llantos ininterrumpidos hasta que el cansancio hace mella en mi sobrino quien, de pronto, sin avisar, cierra los ojos y su respiración se hace cada vez más constante, dejando a mi hermana en un mundo de silencio obligatorio para evitar que él se despierte y la vuelva a “atar” junto a su cama. Yo la escucho y sus explicaciones entrecortadas me hacen que compruebe de vez en cuando el teléfono desde el que me llaman pues Mar

Marea alta Autorretrato. Mi contexto

Soy una lectora incansable. Me engancho hasta con los prospectos. Dicho eso, tengo que reconocer que leo en cualquier lugar, en cualquier momento. Tengo una enorme capacidad de concentración. Así cuando voy en un avión, a veces, me agobia la sensación de que no hay nada bajo mis pies, y la mejor distracción es conectar mi Ipod (otro vicio) y leer: un libro que siempre llevo, mi libreta con mis escritos (más vicios) o cualquier revista que pille. Soy una lectora incansable. Así podríamos definirnos mis cuatro mejores amigos y yo.

Se acaba el fin de semana

Me siento tan cansada como el viernes en el que me prometí que me relajaría, que haría esas llamadas atrasadas a mi hermana que está en París, que no me pasaría con la Coca-Cola y, sobre todo, que descansaría. El viernes en el que estaba tan harta de teléfono y que en los e-mails que mandaba a mis compañeras más queridas despedía con un "por cierto,chata, estoy muelta".... En fin, que al final me estresé pensando qué ponerme, no llamé a Marta pues era tarde y estaría acostando a mis sobris, me hinché a burbujas y, claro, nada de dormir más de ocho horas. Estuve exprimiendo cada minuto del día 1 de presunto relax, con Lupe en una fiesta organizada por su empresa de publicidad. Allí nos reunimos todos sus amigos y más. Es una empresa nueva y que tiene que darse a conocer, así que servimos para rellenar y rellenarnos, porque el catering fue estupendo. Casi tenemos que salir rodando. En fin, que a las cinco celebrábamos en casa de la feliz Lupe que todo había sido un éxito. Nos r