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Mostrando entradas de septiembre, 2010

Horizonte a rayas blancas y azules

Ana, mi compañera en la Revista es una persona muy positiva, risueña y divertida. Hoy cuando cruzó el umbral de la puerta, sin embargo, saludó distante y su sonrisa se evaporó en segudos. Su cara normalmente muy expresiva no reflejaba nada, parecía estar en otro sitio, con otra gente. Volvimos a cruzarnos y seguía en una especie de estado catatónico cuya razón me desveló con una imagen tomada desde su móvil: un niño vestido como un hombrecito con un uniforme bajo un baby a rayas azules y blancas cuyos grandes ojos escudriñaban a su madre, reflejando expectación ante lo nuevo, temor por lo desconocido, apego a quien en los últimos tres años ha velado por él. Ya no está en una guardería sino en el colegio y su madre siente que le pierde un poquito, que la vida de su hijo ya girará más allá de su mundo, en otras paredes, bajo otros cielos, en otras manos. El niño se acostumbra a los cambios y parece cada día hacerse más fuerte a los ojos de su progenitora cuyo corazón vive en una montaña

La boda. Por fin. (II)

Comienzan los preparativos del gran día y estamos emocionad@s esperando el momento de ponernos a tono con lo especial de la fiesta. No se hace esperar. Las peluqueras y maquilladoras han llegado. Se presentan con unos vestidos de flores, casi uniformadas cual ejército de la belleza, y pertrechadas de maletines con ruedas donde atesoran los instrumentos que desencadenarán la melodía en la novia y sus amigas. Pronto la consigna es que la novia es lo primero. Así que, las demás iremos después. La habitación se convierte en un hormiguero ruidoso entre secadores y voces de mujeres que atareadas han sincronizado sus relojes para que nada falle. Inés nos busca con la mirada. Se siente fuera de su hábitat, tanta gente pendiente de ella la está agobiando. Lo sé. Ahora nos toca a nosotros como militares especializados iniciar maniobras para dar una tila a nuestra amiga y guiñarla un ojo en señal de complicidad. Entonces irrumpe la madre de la novia. Se masca la tragedia. El equipo embellecedor,

La boda. Por fin. (I)

Nos hemos instalado en el cuartel general situado en el norte de España, y en este momento puedo describiros cómo será la boda tan esperada de una de mis mejores amigas, con la que comparto tantas cosas que incluso si tuviera un partner , podría ser mi boda …. Todos nuestros amigos han venido, incluso Mónica con su chico desde Burkina, super cambiada, más viva, más crecida y muy colorida también, pues su tono de piel ya bastante bronceado, ha adquirido un tono dorado que con sus rizos negros la hace exótica y adorable como es ella. Fue emocionante el reencuentro y me temo que la despedida va a resultar difícil. También fue muy agradable coincidir de nuevo con Jaime, el amigo de Inés que conocí en Marbella (os recomiendo que si no os acordáis, a golpe de click os pongáis al día). Estaba guapísimo, he de reconocerlo y me he sentido un poco tocada al verle. Me llamó un par de veces y sin excusa, he de también admitir, no fui clara en mis respuestas sobre quedar y vernos en algún viaje ex

Maternal fever

Hoy sigue haciendo un calor insoportable en la capital. A pesar de que ya va anocheciendo antes y los rayos de sol son más débiles, la sensación de ahogo y sopor agota a la mamá de mi futura sobrina, es decir, a Marta Flinn, my sister. Quedan unas semanas para que en nuestras vidas aparezca una pequeña que nos cambiará a todos, pues como siempre, en el seno de los Flinn, lo que hace uno afecta a los demás. De este modo, mi hermana, que tendrá a Carla en España ha venido para quedarse unos meses. Mi madre está revolucionada, tenía tanta ilusión porque otra niña naciera que se ha vuelto loca y ya ha realizado múltiples labores para ella: baberos, picos, arrullos… Sí, amig@s, tengo un dominio de la jerga materna que algún día espero que pueda usar porque me está llenando las neuronas, esas que según me cuenta mi hermana, entre apenada y sorprendida, que parecen haberse extinguido en algún momento de los últimos meses: no duerme, es incapaz de leer (algo extrañísimo pues se bebe los libros

Marea alta ¿Somos iguales? Sueños en lucha (y cuarta parte)

Cuatro . A las diez de la noche, Ángel, Martina y los medios esperaban con impaciencia conocer quién acompañaría a la única escudería española en el campeonato mundial. Marcos Gluck tomó aire. Fue difícil, pero entendió que sería lo más acertado. Las presiones de Diego Márquez por elegir al chico le afectaron mucho, si bien el sentimiento de ser un obstáculo para la felicidad de alguien parecía insoportable.

Marea alta ¿Somos iguales? Sueños en lucha (Tercera parte)

Tres . En el segundo día de pruebas y de la toma de decisión, Marcos entendiendo que en cuanto a conocimientos estaban a la par, buscó que mostraran sus reacciones frente a situaciones que podrían aparecer en su futuro trabajo. Mientras los candidatos aplicaban sus propias teorías, Gluck y Márquez, se reunieron y se encontraron en desacuerdo. Nunca durante la historia de su amistad les había ocurrido aquello. Para el dueño de la prestigiosa cadena de talleres, Martina tenía derecho a todo y para el propietario de la escudería, el chico era la imagen que precisaban en sus filas: varonil y seguro de sí mismo. El concurso era un fraude. Martina y Ángel entregaron sus supuestos prácticos y tras su examen, Marcos habló con los dos y les planteó sus dudas al respecto. Resultó ser una conversación de lo más reveladora: ambos eran luchadores natos y deseaban aquel puesto. La pregunta clave que Marcos Gluck más apreció fue la descripción del sentimiento al conducir una moto. En la visión de Mar

Marea alta ¿Somos iguales? Sueños en lucha (Segunda parte)

Dos . El lunes temprano, Marcos se preparó para recibir a los candidatos. Su secretaria Elvira el viernes le pasó los currículos, pero no había tenido tiempo hasta esa misma mañana para echarles un vistazo. Ángel y Martina. Debe de ser un error, pensó. Ángel y Martín, se dijo. Todavía no había iniciado su lectura cuando entraban en su despacho un chico y una chica. ¿Cómo es posible que alguien traiga a su novia a una entrevista?¿Cómo es posible que el otro candidato todavía no haya llegado? -se preguntaba Marcos. ¡Qué poco serios! - Sr. Gluck. Aquí están: Ángel y Martina. - Bien, Elvira, cuando llegue el otro candidato le hace pasar, por favor. -¿Cómo dice? -preguntó extrañada su secretaria. - Yo soy el otro candidato, señor -afirmó a media voz la chica mientras el joven la observaba casi con desprecio. - Sí, señor Gluck, ella es la del currículum -le indicó Elvira señalándole la foto que encabezaba uno de los documentos. Reponiéndose de la sorpresa, Marcos Gluck, dio la mano a ambos y

Marea alta ¿Somos iguales? Sueños en lucha (Primera parte)

Que todos somos iguales es discutible. Cada persona es como es. No sólo es cierto aquello de que cada uno somos de su padre y de su madre, sino que aún siendo de padres iguales, somos muy diferentes. Por ejemplo, mi hermana y yo somos el día y la noche, el yin y el yang, aunque es muy real también, siendo justa, que compartinos bastante de los Flinn. Lo que busco con todo esto es resaltar que la diversidad es genial. Ser distintos es necesario. Cuando nos referimos a hombres y mujeres, mi humilde opinión es que no somos tampoco exactos. Y menos mal…., por cierto. Sin embargo, estoy convencida de que en cuanto a nuestras metas y nuestros sueños somos idénticos. Luchamos por lo que queremos con todas nuestras fuerzas. Hoy que mis Directores me piden que hable de la igualdad entre hombres y mujeres, os presento la siguiente historia que quizá se desarrolle todos los días en algún lugar de nuestro mundo: personas más allá de simples varones o hembras, que pelean por un hueco, que se apasio