Ir al contenido principal

Protocolo navideño

Y este será el artículo un millón que pensáis que vais a leer sobre cómo vestirse para un evento con la empresa o con los compañeros de curso, Universidad, etc., pero prometo contaros cosas en las que por obvias, a veces, no caemos en la cuenta.

Lo primero de todo que no es lo mismo pensar qué ponernos para una comida que una cena. Para un almuerzo, prohibido el brilli brilli escandaloso y, en ambos casos, si no eres de emperifollarte, no es el mejor evento para usarlo de campo de pruebas de tus looks.


Precaución, amigas. Cuando estamos con mucha gente, en plan festivo, lo normal es que el nivel de ruido en general se eleve (si es que no hay música de fondo) de modo que si estamos hablando con alguien nos tendremos que acercar mucho y hasta quizá pegarnos a su oído. Si llevamos un escote pronunciado, puedes ser violento. Lo mismo en el momento de saludar ya que quizá haya gente ya sentada y tengamos que agacharnos un poco. En cuanto al largo de los vestidos o de las faldas, apliquemos lo mismo que para el escote. Ir tan corta que no seamos capaces de movernos resultará agotador.

Si estáis acostumbradas a ir en vaqueros o con prendas más casual, hay faldas y vestidos que no dejan de estar en esa línea. Si bien, si es de noche, probad con algo más poderoso como vestidos, que si quieres no tener que pegarte con los colores para combinar, es recomendable  de un total look negro, verde o azul y alegrarlo con pendientes grandes, una pulsera vistosa o un collar que te haga brillar. Y por favor, si vamos elegantes, llevar un bolso de diario, no procede. Siempre hay alguien que tiene una carterita que prestarnos o nosotras mismas podemos comprarnos un en negro, plata o dorado con cadenita, de esos que ya podemos encontrar asequibles en muchas tiendas. Mantened la magia.


En cuanto a los zapatos, si queremos que parezca que estamos borrachas, que sea porque lo estemos, vosotras sabréis. Me refiero a esos zapatos imposibles que guardasteis de aquella boda y que pensasteis que sería buen momento para usar. Craso error. Tenemos que circular por un territorio desconocido con gente muy conocida y deseamos poder reír e incluso bailar. Si te compraste unos zapatos para la ocasión, póntelos unos días antes en casa y hazlos tuyos, si no, estarás perdida.  Acudí una vez a un estreno que se celebraba en un sitio muy in, muy cool y muy alternativo con el suelo curvado que recordaba las ondas del mar Caribe… OMG¡ Mis taconazos hicieron aguas. Mis piernas en parado no tenían fin, pero no disfruté cien por cien. Una pena.

Sobre el maquillaje hay poco que decir. Todas a estas alturas sabemos que ir demasiado pintadas no favorece y que lo mejor es centrarse en la boca o en los ojos. El rimmel y un toque de gloss son imprescindibles.
Me veo en la obligación de contaros también, si todavía no lo habéis interiorizado,  que las planchas de pelo vinieron al mundo para facilitarnos la vida y alegrarnos los outfits más normalitos. Siempre con el límite de no sentirnos disfrazadas y tener alguien en su sano juicio cerca que sea capaz de distinguir un peinado informal de un desastre. Visionad vídeos sobre cómo hacer ondas o cómo alisarlo antes del día D hora H. Es fácil y divertido. Dan un montón de posibilidades. Os sorprenderá el resultado.

Por cierto, por lo que he comprobado en los últimos eventos a los que acudí,  el photocall se ha convertido en un must, así que ir con el buen rollo puesto nos dejará un muy buen recuerdo.

Lo ideal es que estés okey con lo que llevas y no tengas que estar pendiente nada más que de  sonreír al de Contabilidad, ese tan mono que solo ves en el ascensor y que te hace suspirar. En fin,…

Solo me queda ya avisaros que al día siguiente, si todo va bien, volveremos a nuestros puestos de trabajo o a nuestra clase y el hechizo se romperá. Aún así, celebrad¡¡¡¡


Feel Beautiful¡¡¡¡

Comentarios

Entradas populares de este blog

Soñar despierto y volar: Hipnonautas

Nuestro cerebro es infinitamente más fantástico de lo que estamos dispuestos a admitir. Tuve la suerte de tener una coach en el trabajo que si me oyera, me diría: "Te lo dije: mira tu realidad. Depende de ti". Visualiza, visualiza... Es algo que empecé a practicar hace tiempo y que me ha ido ayudando  en muchos momentos de la vida, de esos que no crees que vendrán pero que con esfuerzo suceden. Todo este derroche de pensamientos se lo debo al espectáculo de hipnosis "Hipnonautas"*  al que acudo en el Teatro Lara, que me devuelve esa sensación que a veces casi olvido de que todo depende de nosotros. A la hora del vermut, el maestro de ceremonias es Jorge Astyaro , un tipo alto, bien parecido, que con su voz nos conduce durante algo más de dos horas atravesando fronteras entre lo real y lo imaginado. Fascinante e incomprensible a partes iguales. Una momento de Hipnonautas Me confieso algo confundida porque sí me llegó pero por temor o pereza, no sé, n

Las horas

Vuelvo enroscada en un montón de sensaciones. Unas no quiero que me invadan y otras deseo que no me abandonen nunca. No me puedo dejar llevar por el temor ni por el mal rollo y adoro sentirme tan viva. Mis tardes se hacen relativamente elásticas gracias al montón de actividades y el chute de emociones que me están regalando muchos desconocidos que he descubierto. Lo comparto contigo porque tenemos que poder con esto. Después ya veremos cómo salir de lo demás. De momento a quemar horas disfrutando de la luz. A las 17:30 todos los días, Alicia G. Rey de Mindandtangle me da la paz. Me está enseñando a hacer yoga con mi cerebro a través de sus talleres de Zentangle. Muchas gracias de corazón. Está siendo toda una experiencia. A las 18:30, Eli Kapowski me inyecta energía mientras pincha desde su balcón everyday. Otro descubrimiento que me alegra el cautiverio. La DJ del Corona. Olé tú. Sigue, sigue. Sus sesiones colgadas en Mixcloud son la bomba. El Museo de Arte Moderno

Cómo cocinar una boda (I): el vestido, of course

Me encantan los vestidos de boda… pero en otras. Los blancos en todas sus tonalidades, los perlas… Me parecen fantásticos, si bien creo que nunca me casaría vestida de princesita. Me sentiría disfrazada y no as I am. Sin embargo, como ya os he confesado, me gusta en otras y me emocionará en una amiga. En la primera que une su vida a otra persona en una ceremonia, reconociendo ante todos sus seres queridos que ese ser es especial. Por su parte, a Inés el traje le da un poco igual y lo deja en las expertas manos de Alex convirtiéndonos a Lupe y a mí en su representante, evitando que a nuestro especialista no se le vaya la cabeza y dilapide el capital en una prenda que solo se pondrá ese día, argumenta ella mientras él la recuerda que es un día trascendental y que todos los ojos estarán puestos en la novia y que las fotos y el vídeo recogerán aquel momento especial, haciendo imprescindible, no un modelito, sino el modelazo. Alex está enamorado del vestido rojo de flores que Hannibal Lagu